miércoles, octubre 20, 2004

Del Niño Fidencio

Durante la celebración del santo Niño Fidencio
en el poblado de Espinazo, Nuevo León, una mujer con supuestos
poderes sobrenaturales intenta curar a un enfermo
arrojándolo a un charco. A la ceremonia llegan miles de fieles
del país y de Estados Unidos.
La verdad es que cuando el susodicho niño falleció no tan niño -la leyenda cuenta que de cirrosis, porque todos le llevaban tequila, mescal y sotol, y si no se lo bebía frente a sus fieles, se indignaban-. Un muerto que no era niño... curioso, curioso.
Otra gran verdad -he aquí el meollo del asunto-, es que Fidencio Constantino era hiposexual. Tenía los huevitos chiquitos.
Al menos con su ejemplo reafirmamos nuestra fe, en que los santos no son tan huevones.

2 palabra de urbanodonte:

Blogger TTSO dijo...

jajajajajaja qué buen post.
salucita.

11:53 a.m.  
Blogger -ReD- dijo...

Como dicen en mi tierra : A veces no es que se sea huevón... si no que se tiene la mano muy chica...

1:27 p.m.  

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