La casa de Julio César Méndez
Colonia La Fama, Santa Catarina.
A un lado, archiveros con fotocopias de los Expedientes X de Santa Catarina. Del otro, un sillón donde se han sentado regidores y alcaldes clamando que no se publique en periódico El Santacatarinense la foto donde bailan encuerados en el 45.
Al fondo una computadora, arma letal del colmillo de este cronista ido a editor, cuentero ido a cuentista, vago ido a investigador de la Huasteca.
En medio de la habitación una rosca de reyes. Y en torno a este pan y unos vasos con chocolate caliente, Antonio García reclamándole a René Rojas porque no le contestó ninguna de sus llamadas telefónicas de esta tarde.
"Pinches putos", pensé.
A un lado, archiveros con fotocopias de los Expedientes X de Santa Catarina. Del otro, un sillón donde se han sentado regidores y alcaldes clamando que no se publique en periódico El Santacatarinense la foto donde bailan encuerados en el 45.
Al fondo una computadora, arma letal del colmillo de este cronista ido a editor, cuentero ido a cuentista, vago ido a investigador de la Huasteca.
En medio de la habitación una rosca de reyes. Y en torno a este pan y unos vasos con chocolate caliente, Antonio García reclamándole a René Rojas porque no le contestó ninguna de sus llamadas telefónicas de esta tarde.
"Pinches putos", pensé.
Etiquetas: ue en
2 palabra de urbanodonte:
Así es el Toño, tú ni te fijes.
Julio César es un genio incomprendido.
Saludos a todos tus lectores.
Hombres...
Pero cuenta, a quién le salio el desdichado mono?
Publicar un comentario
<< Home