Los Dos Canarios
Cirilo Gauna es de esas personas que hacen violines con maestría. Este Oficio lo ha llevado a Washington, Carolina del Norte y Países de Europa como Italia.
Ha recibido tres becas de Conarte de culturas populares, porque además forma parte del dueto Los Canarios. Tienen un cd de música regional.
Conocí a este señor apenas ayer vía telefónica para que fuera a la presentación de mi libro y tocara al momento del brindis.
Los músicos llegaron al Museo El Blanqueo – en Santa Catarina- antes que el público, incluso antes que uno de los dos presentadores.
Eso me abochornó, pero rato después ya estaba embriagado con la lluvia de serpentinas a la mesa donde leíamos, con el penetrante sonido de las matracas cada que mencionaban el nombre de una personalidad local –se cansa uno menos que aplaudiendo-.
René Rojas leyó una parte del libro, y al final cantó un rap que escribió Armando Alanís y me soltó una lágrima por las carcajadas. Dediqué libros a amistades, vecinos y hasta a mi dentista oficial. Cuando llegué al área del brindis, Los Canarios ya habían comenzado a tocar parte de las 400 canciones que se saben de memoria.
Uno de los puntos culminantes fue cuando pedí la canción El Circo. Es una melodía impresionante. Pensé en mi padre, carajo, la mayoría de las personas se mueren antes de tiempo. También pensé en mi madre que sueña con tumbar la mitad de la casa que se ha comprado y reconstruirla, pensé en mi suegro y el menudo que le gusta tanto como a mí desayunar los domingos. Pensé también en mi suegra preparando arroz con leche.
Uno piensa cosas que le doblegan el alma, que le apretujan el corazón, en lo que se acaba una melodía.
Eso es magia, caray. A don Cirilo Gauna nomás le faltó un sombrero y sacar de allí un conejo.
Ha recibido tres becas de Conarte de culturas populares, porque además forma parte del dueto Los Canarios. Tienen un cd de música regional.
Conocí a este señor apenas ayer vía telefónica para que fuera a la presentación de mi libro y tocara al momento del brindis.
Los músicos llegaron al Museo El Blanqueo – en Santa Catarina- antes que el público, incluso antes que uno de los dos presentadores.
Eso me abochornó, pero rato después ya estaba embriagado con la lluvia de serpentinas a la mesa donde leíamos, con el penetrante sonido de las matracas cada que mencionaban el nombre de una personalidad local –se cansa uno menos que aplaudiendo-.
René Rojas leyó una parte del libro, y al final cantó un rap que escribió Armando Alanís y me soltó una lágrima por las carcajadas. Dediqué libros a amistades, vecinos y hasta a mi dentista oficial. Cuando llegué al área del brindis, Los Canarios ya habían comenzado a tocar parte de las 400 canciones que se saben de memoria.
Uno de los puntos culminantes fue cuando pedí la canción El Circo. Es una melodía impresionante. Pensé en mi padre, carajo, la mayoría de las personas se mueren antes de tiempo. También pensé en mi madre que sueña con tumbar la mitad de la casa que se ha comprado y reconstruirla, pensé en mi suegro y el menudo que le gusta tanto como a mí desayunar los domingos. Pensé también en mi suegra preparando arroz con leche.
Uno piensa cosas que le doblegan el alma, que le apretujan el corazón, en lo que se acaba una melodía.
Eso es magia, caray. A don Cirilo Gauna nomás le faltó un sombrero y sacar de allí un conejo.
3 palabra de urbanodonte:
Luis disculpa por haber llegado tarde a tu presentación, disfruté mucho todo el evento, en la mesa me sentí muy agusto, me puse un poco nervioso cuandó canté el rap, porque no lo había ensayado. Todo estuvo muy chido, las matracas, las serpentinas, la música de Los Canarios, las caguamas, todo.
Felicidades Luis.
Amor, mamá ya te preparó arroz con leche....
te invito al baile en mi blog
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