El Club Jaguar, en Santa Catarina

A dos calles a espaldas de la Casa de la Cultura de La Fama, lo que parece una casa pero apenas entras a la cochera y encuentras al compadre asando carne en la parrilla. A ratos le chorrea cerveza para que se suavice. Prepara una salsa estilo Chihuahua que hace que los clientes lloren mientras juegan a las cartas, al dominó, o ven el beisbol por SKY.
Cerveza a ocho pesos. También tienen una hora feliz. Luis Alvarado fue quien me invitó. Se pone a hablar de los condominios que van a construir en la Huasteca.
-Nos van a dejar rapados, compadre -le dice al que está fente a la parrilla.
Cada tipo que entra al lugar saluda a todos. Dejan la carne, las tortillas y la salsa, en una mesa junto a la barra. Se hace tarde para ir al taller literario de los Marcianos, que se reunen los martes a partir de las ocho de la noche en la casa de la Cultura de Santa Catarina.
-¿A poco ya te quieres ir? Todavía falta que te cuenten lo de los decapitados en el 45. Aquí no te la vas a acabar con tantas historias.
Pero siempre estamos faltos de algo para poder aprovechar las historias que están dispuesto a contarnos. Siempre nos falta tiempo, o salud, o dinero, o el maldito esfuerzo.
-Es un club de amigos -agrega Luis-. de los lugares que ya no hay.