lunes, junio 26, 2006

Aviario del Planetario Alfa

Cuando era niño pensaba: ¿Qué carajos tiene que ver un montón de cotorros, patos y guacamayas en un planetario?
Ahora reconozco que es buena opción para matar el tiempo, si ya has subido más allá del centro del municipio de San Pedro. Es decir, si ya gastaste gasolina, al menos te haces menso un rato más caminando por allí con la novia o haciendo que los niños corran y se cansen. O ya de perdido divertirse maliciosamente viendo la manera en que a la suegra se le sube la presión, muajaja.
hay máquinas de alimento para aves. Un peso por un puño. No falta el niño que lo confunde con dulces y se atraganta de croquetas. Un pasillo para entrar al aviario de los cotorros, que se sujetan a la malla como pidiendo algo a los vistantes.
-Se les puede dar una varita de alguna planta -le digo a Thelma.
Ella arranca un rama pequeña, y justo a sus espaldas aparece un cotorro volteado de cabeza. En el momento en que ella le da la ramita, el ave sujeta las hojas y comienza masticarlas frente a nosotros.
Nos retiramos y se escuchan unos chillidos.
-Ay, no -dice-. Esas son las guacamayas. me caen gordas porque hacen mucho escándalo. Por eso a las mujeres que hacen alboroto de cada cosa, les dicen viejas guacamayas.
Apenas iba a decirle algo, cuando me asustó el grito de una señora:
-¡¡¡Te digo que no te comas el alimento de los pájaroooooooos!!!