Regresa Woolworth

I
En Colón y Pino Suárez. Era la tienda donde mi madre me llevaba a comprar dulces a granel antes de llegar a la Central de Autobuses para esperar a mi padre. Hay que tener cacahuates y galletas antes de subirse al autobús decía ella.
Era una tienda repleta de juguetes. Allí estaba mi preciado Pianosaurio... otra vez ese Pianosaurio que incluso hoy me sigue quitando el sueño. La señora, osease mi madre, sólo compraba guarniciones para el camino a México o San Juan de los Lagos.
Ahora es una Famsa. Paso seguido por allí cuando salgo de viaje y recuerdo: Carajo, esto era un Woolworth.

II
Año del 2004: Abren un Woolworth en Morelos y Juárez. Antes había allí una boutique para mujeres rollizas (gordas, puesn). Una tienda pequeña sin impresionarme tanto como la que recordaba. Incluso más pequeña que un Del Sol. ¿Tanto recuerdo para esto? Vámonos corriendo a un HEB, mejor.
Entré y me quedé estático mirando las cajas registradoras. Una empleada me tocó el hombro y antes de mirarla tuve una sensación de ansiedad, de que esperaba reconocer en su rostro algo de eso perdido en la tienda.
Era una muchacha delgada y pálida. Me dio un folleto.
Creo que me quedé allí unos segundos más mirando hacia en interior de la tienda sin atreverme a entrar. Tiré el folleto camino a la avenida Cuauhtémoc. Ni siquiera lo chequé.
Háganme caso: Si extrañan algo con todas sus fuerzas, no lo busquen intentando recuperar algo.