Las Plazas Outlet

Como soy un cabrito del sur de la ciudad, siempre he pensado que Escobedo es el fin del mundo y que si me asomo un poquito más en el monte, perdería el suelo. Y mira, debajo tres elefantes gordos intentando no resbalar sobre una tortuga más gorda todavía. Allí está, justo donde inicia Escobedo, un centro comercial llamado Sendero. La verdad es que a los comerciantes de allí les va bien porque tiene una Soriana dentro y de seguro los trabajadores van a gastar sus vales de despensa Dicasa.
Recuerdo cuando a mí me daban de eso vales... me sentía todo un empleado realizado.
El caso es que es todo lo contario con un centro comercial que está justo detrás. Sendero tiene a su Cinepolis, y en cambio Las Plazas Outlet tiene unos MM Cinemas. Voy más a estos últimos porque de perdido me dan los boletos a mitad de precio los lunes, gracias a una tarjeta de esas de puntaje.
Pero cada que estoy en los pasillos de este lugar, me invade una incomodidad de las feas. Está repleto de iendas tristes donde la gente simplemente no llega. Eso a pesar de que todos los locales tienen ofertas.
Hay trajes y perfumes en barata. No me salgan con que los de la clase media casi no usamos ese tipo de ropa y fragancias pipirisnais, pero por más que intento justificar no veo la manera de que el lugar me agrade. Incluso la comida me sabe a cartón.
Será que resulta triste un paseo en el límite del mundo. No lo sé.
Y lo peor es que no hay base de taxis. No les aconsejo ir al cine por la noche... tendrían que cruzar a oscuras por una carretera como en la que arrollan al tipo en la película "Se lo que hicieron el verano pasado".
De terror. La adrenalina resulta emocionante pero no muy cómoda.
¿Quieren ofertas? ¿Quieren ir a un centro comercial que respira vida como la de un cachorro recien nacido con asma? Vengan a Plazas Outlet, pero en carro.
Advertidos están.