Pantalla Imax Theatre, Galerías Valle Oriente
¿Pantalla Imax? ¡Mis calzoncillos Tycon! Allí ando en la cocina de mi casa un par de horas antes, despanzurrando mi videocassetera con desesperación porque tenía atorado un VHS y necesitaba checar cuál era la sala Imax donde pasaban Star Wars III.
Lunes. Día ideal en que a pocos se les ocurre ir al cine porque, "a final de cuentas es un día aburrido". Ah, pero por azares del destino más de cincuenta cretinos pensaron lo mismo que yo y la sala se llenó a más de la mitad.
Llego al centro comercial ese en Avenida Lázaro Cárdenas al sur de Monterrey Ciudad Mascota, compro un cono de chocolate en Le Petit Chocolaterie y me dan una bolsa que a pesar de tener letras doradas -así, muy bonitas-, nomás no tiene mucha imagen de punch. Corro a una tienda de regalos pa que me decoren más el regalo. Porque claro, yo no podría comerme solo ese chocolate... el chocolate engorda y conservar una silueta requiere de carácter.
Thelma y yo alcanzamos asientos mero en medio de la sala y, no se lo esperaban... la película tiene rayones. Además que a mitad de la trama, justo cuando el alumno ya se convirtió en malito, aparece una línea azul que atravieza la mitad de la pantalla de arriba hacia abajo.
No era la marca de un sable láser, no.
No era un código de seguridad antipantallas Imax, no.
No era parte de la película misma, no.
¿Entonces qué carajos era?
Eran los pesos de más que habíamos gastado por ver una pantalla que no se parecía en nada a la Omnimax del Alfa. No más que una pantalla más grande que las demás pero a final de cuentas una pantalla gigante.
Pienso en el concierto de los Tres Tenores, o más bien "Los Dos Tenores y Alejandro Fernández" y trato de imaginar a los asistentes que cayeron de sus asientos, siendo tragados por las maderas cuando las tarimas se hundieron. En quienes no pudieron entrar, en quienes a mitad de su concierto no hayaban todavía sus lugares.
Pienso en la pantalla Imax de Valle Oriente y sus rayones de Una Galaxia Muy Muy Lejana.
Okey Maguey, no fui a ver a los tenores, pero cada quien recibe su espectáculo incompleto a su manera.
Lunes. Día ideal en que a pocos se les ocurre ir al cine porque, "a final de cuentas es un día aburrido". Ah, pero por azares del destino más de cincuenta cretinos pensaron lo mismo que yo y la sala se llenó a más de la mitad.
Llego al centro comercial ese en Avenida Lázaro Cárdenas al sur de Monterrey Ciudad Mascota, compro un cono de chocolate en Le Petit Chocolaterie y me dan una bolsa que a pesar de tener letras doradas -así, muy bonitas-, nomás no tiene mucha imagen de punch. Corro a una tienda de regalos pa que me decoren más el regalo. Porque claro, yo no podría comerme solo ese chocolate... el chocolate engorda y conservar una silueta requiere de carácter.
Thelma y yo alcanzamos asientos mero en medio de la sala y, no se lo esperaban... la película tiene rayones. Además que a mitad de la trama, justo cuando el alumno ya se convirtió en malito, aparece una línea azul que atravieza la mitad de la pantalla de arriba hacia abajo.
No era la marca de un sable láser, no.
No era un código de seguridad antipantallas Imax, no.
No era parte de la película misma, no.
¿Entonces qué carajos era?
Eran los pesos de más que habíamos gastado por ver una pantalla que no se parecía en nada a la Omnimax del Alfa. No más que una pantalla más grande que las demás pero a final de cuentas una pantalla gigante.
Pienso en el concierto de los Tres Tenores, o más bien "Los Dos Tenores y Alejandro Fernández" y trato de imaginar a los asistentes que cayeron de sus asientos, siendo tragados por las maderas cuando las tarimas se hundieron. En quienes no pudieron entrar, en quienes a mitad de su concierto no hayaban todavía sus lugares.
Pienso en la pantalla Imax de Valle Oriente y sus rayones de Una Galaxia Muy Muy Lejana.
Okey Maguey, no fui a ver a los tenores, pero cada quien recibe su espectáculo incompleto a su manera.
2 palabra de urbanodonte:
Eso de la IMAX es una tranza. Prefiero irme al papalote o al alfa, aunque pasen puras niñerias.
shiales! por ti me vengo enterando que los tenores estuvieron en mty
y ya leí la nota... jajajaja
lamentable, pero pues no queda más que reirme desde la distancia
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